¿Cómo combatimos la ola de calor sin perder calidad?

Entrenar con calor extrema no es ni lo mejor, ni lo más agradecido para el cuerpo. Sin embargo, tiene potentes efectos a largo plazo si sabemos adaptarnos a estas condiciones

¿A quién no le gusta salir a entrenar en marzo o octubre? Cuando elegir entre si llevar camiseta o no, no va a ser un factor limitante para nuestro rendimiento.

En el post de hoy, vamos a tratar de ayudaros en cómo lidiar con esos días en los que, tan solo con salir a la calle, ya tenemos el 50% del entreno casi en el saco.

HIDRATACIÓN

Dicho más fácil: "Bebe agua todo el día". Si es posible, en las horas previas y posteriores al entrenamiento, consumir algún tipo de solución con sales minerales. El agua de mar envasada es un perfecto aliado para estos días. Basta con un solo sorbo antes de salir a correr, para saber que tendremos cargados los depósitos de sodio, magnesio y potasio.

Fuera del pre y el post entreno, debemos ir bebiendo con frecuencia. Nuestro cuerpo

NO RESTRINGIR CARBOHIDRATOS

Comer en verano puede resultar pesado. Sin embargo, si 'metemos' carbohidratos de manera limpia –sin salsas, aliños o cocidos– ayudaremos a nuestro cuerpo a regular mejor la temperatura, ya que nuestro motor gasta mucha energía en regular la temperatura corporal.

OJO. La ingesta de carbohidratos también debe de ir acompañada de una hidratación correcta. El organismo necesita agua para asimilar la gasolina que le echemos.

PARAR SI HACE FALTA

Es mejor completar un entrenamiento habiendo hecho pequeños breaks para hidratarnos o recuperar en la sombra, que no dejarlo a la mitad porque estamos reventados de la calor.

Si tenemos un rodaje de 40' a pie, podemos 'romper' el entreno a bloques de 5 o 8 minutos, o directamente hacer una paradita después de cada kilómetro. Si el ritmo es el adecuado, veréis que en poco más de 30", el mismo cuerpo os volverá a dar luz verde para seguir. Premio extra si hay fuentes o duchas para beber o mojarnos. Bajar la temperatura corporal es CLAVE.